blog Es una de esas raras joyas olvidadas de la industria automotriz. Y como la mayoría de las genialidades olvidadas, ante todo es cool.
Ligh Car Company demostró en 1990 que se podían reescribir las reglas básicas de los autos deportivos. El diseño corresponde a Gordon Murray, cuyos autos ganaron cinco títulos mundiales de Fórmula 1, quien con en el Rocket ensayó algunas de las ideas que pondría en práctica un año más tarde en el McLaren F1.
El Rocket parecía un auto de competición de los años '50, pero estaba construido con materiales de aviación y llevaba el motor de 143 caballos de la Yamaha FZR1000: suficiente como para lanzar al pequeño auto de 400 kilos a 100 km/h en 4 segundos y alcanzar los 240 km/h de máxima.
"Es el único auto que podés moler a palos todo el día en un circuito sin mayor fatiga y después manejarlo de regreso a casa", dijo Gordon Murray.
Se construyeron apenas 30 unidades, en parte debido a su precio de 100 mil dólares. Entre sus propietarios se encuentran el humorista norteamericano Jay Leno y el magnate informático Bill Gates. El beatle George Harrison también compró uno.
La compañía LCC fue financiada por el empresario británico Chris Craft, quien bajó la persiana en 1996 tras reportar una pérdida de 7.500 dólares por cada auto que vendió. Hace tres años, su hijo Luke se propuso resucitar LCC y fabricó tres unidades con algunas innovaciones técnicas para adaptarlo a los tiempos que corren.
El Rocket Siglo XXI puede verse en detalle en el siguiente video.
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